TribunaMag.com

View Original

Asfixiados en plástico: Los ticos y las tarjetas de crédito

Los datos más recientes del Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) de Costa Rica sobre la deuda de los costarricenses en tarjetas de crédito son espeluznantes. En un año la deuda de tarjetas de crédito de los ticos aumentó en 166 mil millones de colones.

Un número tan gigante que cuesta imaginarlo. Datos de pesadilla. Bueno, de pesadilla para los consumidores, no para los banqueros.

Por más que se lean noticias con el enfoque de que hay 450+ tipos de tarjetas de crédito (pintando una realidad de que hay un menú de tarjetas para escoger) hay que recordar que sólo hay 30 emisores.

También va a leer notas que mencionan que las tasas de interés varían de un 24,0% hasta un 49,9% anual en colones. Pero esto pierde de vista que la mayoría de las tarjetas cobran tasas en los escalones más altos, tanto en colones como en dólares.

Según datos del MEIC un 70,6% de las tarjetas en colones cobran una tasa anual entre 40,0% y 49,9%.

Es decir, la gran mayoría de tarjetas de crédito (en colones) están en los rangos relativamente más altos de tasas de interés.

See this chart in the original post

Según el MEIC, el número de emisores no cambió del 2017 al 2018. Se mantuvo en 30.

Pero el número de tarjetas colocadas creció en un 14.5%. Esto en términos generales es “positivo” para los banqueros porque quiere decir que lograron aumentar colocación.

Sólo en un año, se colocaron 368 mil tarjetas de crédito. Al punto de que en Costa Rica, un país de 5 millones de habitantes, hay casi 3 millones de tarjetas de crédito.

See this chart in the original post

El fenómeno no es muy diferente al observar la colocación de tarjetas de crédito con tasas de interés en dólares.

De hecho, la concentración es aún más pronunciada. Un 78.6% de todas las tarjetas de crédito con tasas de interés en dólares cobran tasas entre 30% y 38%.

Tomemos en cuenta que el MEIC hace un “Top 5” de cuáles son las tarjetas que cobran las tasas de interés más altas. Lo hace tanto para las que están en dólares como las que están en colones.

Para Julio del 2018, la tasa más alta en colones estaba en 49.9% y la mayor tasa en dólares estaba en 38%. Puede leer el informe completo del MEIC en este link.

Grandes emisores y analfabetos financieros

En sus comunicados a la prensa y la opinión pública, el MEIC advierte que una tarjeta de crédito “no es una extensión de ingresos”. Más bien que debe verse como un medio de pago (una alternativa al efectivo) y como una forma de financiamiento. Hasta incluyen como uno de sus consejos lo siguiente:

Menos es más: acepte la menor cantidad de plásticos, para que se le sea más sencillo llevar las cuentas claras.

Cada vez que un consumidor hace un “tarjetazo” está básicamente pidiendo plata prestada. Plata que no es suya y que tiene que pagar a tiempo. De lo contrario, le cobrarán intereses. Y los datos indican que la probabilidad de que usted esté en los escalones de las altas tasas, es mayor.

No hay duda que los costarricenses necesitan de mayor y mejor educación financiera.

Sin embargo, no se puede dejar de lado incluir en la conversación que existe una concentración visible en que la mayoría de las tarjetas de crédito emitidas, lo son por un pequeño grupo de grandes emisores.

A Julio del 2018 habían 30 emisores con 452 tipos de tarjetas de crédito. Estos son los emisores y la cantidad de tipos de tarjetas que ofrecen.

See this content in the original post

Fuente: MEIC https://bit.ly/2OZX6IY

Este es un desglose del TOP 5 de los grandes emisores de tarjetas de crédito. Puede navegar sobre el gráfico para observar la cantidad de tipos de tarjeta emitidos por cada emisor.

See this chart in the original post

Es razonable pensar que al dispararse la deuda de tarjetas de crédito, le echemos toda la culpa al consumidor. Después de todo, se asume que por lo general, el costarricense es un iletrado en materia de finanzas porque en muchos casos no se llegan a estudiar hasta la universidad (si es que se llega a este punto). Pero esto sería ingenuo y desalmado. Más aún si tomamos en cuenta el daño que provocan las deudas en la salud mental de las personas.

Valdría la pena que los legisladores del país, con la ayuda de sus asistentes técnicos, revisen las condiciones del mercado de tarjetas de crédito para determinar si conviene seguir dejando esta deuda inflarse a niveles alarmantes como lo ha hecho el “libre mercado” o si es momento de buscar cómo hacer para que los ticos y ticas no vivan asfixiadas en plástico.